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Cueva de Arpea
Actualizado: 6 de may de 2020
Realizada en Marzo de 2019.

Más que una ruta en sí misma, la visita a la Cueva de Arpea es un pequeño paseo apto para todos los públicos. Pero a pesar de su brevedad, es una visita obligada que merece muchísimo la pena. La belleza del entorno hace de esta curiosa formación algo único.
DONDE DORMIR
Nosotros dormimos en Parking del Collado de Organbide, un lugar muy tranquilo, donde solo se escucha el sonido del viento y donde estaremos rodeados de historia y de infinidad de estructuras megalíticas, como el Cromlech de Organbide. Por la mañana se pueden disfrutar de unas vistas maravillosas de la vertiente francesa desde donde podremos ver las localidades de Esterençuby, Saint-Michel o St Jean Pied de Port.
COMO LLEGAR
Para llegar al inicio de la ruta tenemos que pasar por Orbaizeta, por la Fábrica de Armas y por las ruinas Megalíticas de Azpegui. Un poco más adelante llegaremos al Collado de Organbide y tomaremos la pista de la derecha. Esta pista tiene unos 3 kilómetros de longitud, está perfectamente asfaltada y en buen estado, el único inconveniente es que es muy estrecha y dejamos un gran precipicio a uno de los lados, por lo que si nos encontramos a otro coche de frente, podemos vernos en un aprieto. Así que recomendamos ir temprano, a primera hora del día, para no cruzarse con otros visitantes, o bien dejar nuestro vehículo en el Collado de Organbide y recorrer esos 3 kms de pista andando. Si decidís ir con vuestro vehículo, podéis aparcar en el parking que hay al final de la pista.
LA RUTA
La ruta es muy sencilla. Salimos de las bordas de ganado que hay al final de la pista. La senda es muy visible y bien marcada, por lo que podremos seguirla sin dificultad. A lo lejos, comenzaremos a ver la peculiar forma de la Cueva de Arpea.
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La única complicación de esta ruta es que el sendero discurre por una ladera muy empinada, y aunque el sendero es sencillo, a nuestra izquierda dejamos una gran altura que nos separa del cauce del río, en el fondo del valle. Por lo que se recomienda andar con cuidado, para evitar posibles tropezones.

Más adelante, llegamos a unas cabañas de pastores, cruzamos un río y tras andar unos metros estaremos dentro de la cueva. Antiguamente, y desde tiempos inmemoriales hasta día de hoy, esta cueva ha sido usada para resguardar el ganado. Sin embargo, desde dentro no tiene el mismo encanto que tiene desde fuera. Así que volvemos a salir para disfrutar del espectáculo de esta curiosa formación.

Un increíble lugar al que se accede en un paseo de apenas 15 minutos, pero en el que podremos disfrutar de este pequeño remanso de nuestra historia geológica, a través de los estratos que han quedado al descubierto y se han doblado formando esta curiosa cavidad.
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